Y la noche se eleva como música en ciernes,
Y las estrellas brillan temblando de extinguirse,
Y el frío, el claro frío,
El gran frío del mundo,
La poca realidad de cuanto veo y toco,
El poco amor que encuentro,
Me mueven a buscarte,
Mujer, en cierto bosque de latidos calientes.
Sólo tú, dulce mía,
Dulce en los olores de savia espesa y fuerte,
Sin palabras, muy cerca, palpitando conmigo,
Sólo tú eres real en un mundo fingido;
Y te toco, y te creo,
Y eres cálida y suave matriz de realidades,
Amante, amparo, madre,
O peso de la tierra que sólo en ti acaricio,
O presencia que aún dura cuando cierro los ojos,
Fuera de mí, tan bella.
GABRIEL CELAYA
A pesar de que la poesía no es mi fuerte (yo soy prosista y prosaico), cuando leo una de las buenas puedo reconocerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Muchas gracias estimado Humberto por tu comentario. Un brazo amigo mio.
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